Que poco hubiera sido el Duque Blanco sin aquellos Duchamp,
Tzara o Arp. Hace un siglo experimentar con la provocación era más sencillo;
bastaba con exponer como cúspide del arte una rueda de bicicleta,
incluso un urinario o pintarle unos bigotes a la Gioconda. Ahora, sin
embargo, el espectador se ha hecho más exigente, y si la primera imagen
no atrae...no sirve. Por ello, entre los últimos trabajos de Bowie sobresale "Love is Lost", síntesis de dos formas de entender el matrimonio entre rock y audiovisual. Ya sea
caro, ya sea barato, una historia puede, y debe, apoyarse en la imagen
desde múltiples perspectivas hasta lograr resultados inusuales. E
impresionantes.
Durante
un fin de semana y con un par de muñecos, Bowie elaboró cámara en mano
un videoclip muy barato. Menos de trece dólares, lo que le costó el USB
donde guardar el montaje. Decidió desempolvar las marionetas de antaño,
revisar la estética de "Ashes to ashes" y, de esta forma, contar la
historia de una joven de 22 años que tiene que empezar de nuevo tras una
ruptura sentimental. El enemigo a batir: el miedo.
"Your country's new, your friends are new
Your house, and even your eyes are new
Your maid is new, and your accent, too
But your fear is as old as the world"
Your house, and even your eyes are new
Your maid is new, and your accent, too
But your fear is as old as the world"
La
segunda propuesta supera con creces la idea de Bowie.
Remezclada por James Murphy, líder de LCD Soundystem, la versión dilata
hasta los diez minutos una historia donde el artista lleva al extremo su
papel de creador. Dos amantes, surgidos de la nada, evolucionan en la
pantalla hasta involucionar de nuevo. Camino de ida y vuelta que
recuerda aquello de "polvo serán, mas polvo enamorado".
Salvando las distancias, la visión del mimo que deambulaba por un
acantilado espacial supuso un shock para los primeros espectadores del
rock. Todo empezaba de nuevo. Era el año 1980.